¿Cuáles son los tipos de liquidación?

Existen diferentes tipos de liquidación que se utilizan para diversos fines. Los tipos de liquidación más comunes son la liquidación obligatoria, la liquidación voluntaria de los socios (MVL – Member´s voluntary liquidation), en cuyo caso la empresa es solvente y la liquidación voluntaria de los acreedores (CVL – Creditors voluntary liquidation), en cuyo caso la empresa es insolvente.

Otros tipos de liquidación son la liquidación forzosa, iniciada por el tribunal, y la suspensión de pagos, iniciada por los acreedores de la empresa.

3 Tipos de liquidación de empresas

  • Liquidación obligatoria: La liquidación obligatoria se produce cuando los acreedores o los prestamistas solicitan la liquidación de una empresa si no se pagan sus deudas en un plazo breve, lo que obliga a la empresa a vender sus activos para pagar a sus acreedores. Si tiene una empresa insolvente -lo que significa que su empresa no puede pagar sus deudas- puede verse obligada a liquidar si no ha pagado sus deudas a tiempo.
  • Liquidación voluntaria de los socios: En algunos casos, una empresa solvente cuyo propietario quiere salir de la compañía puede ofrecerse a liquidarla. En este proceso, el 75 por ciento de los miembros de la empresa deben votar a favor de liquidarla, y luego se nombra a un liquidador para saldar las deudas y los litigios de la empresa. Los fondos sobrantes se distribuyen entre los accionistas y socios de la empresa.
  • Liquidación voluntaria de los acreedores: La liquidación voluntaria de los acreedores se produce cuando los directores de una empresa se dan cuenta de que no van a poder pagar sus deudas a tiempo, o su pasivo supera ahora el valor del activo. Los administradores de la empresa nombran a un liquidador para que resuelva los conflictos legales o las deudas de la empresa, tras lo cual los administradores están obligados a cooperar con el proceso de liquidación para pagar sus deudas.

¿Qué ocurre después de la liquidación de una empresa?

Tras la liquidación o «winding up», una empresa esencialmente se disuelve y ya no puede operar su negocio. A diferencia de la quiebra, en la que una empresa puede empezar de nuevo tras el proceso, la liquidación significa que una empresa debe dejar de operar permanentemente. En algunos casos, como en el de los minoristas, una empresa puede liquidar sólo parcialmente, optando por cerrar las tiendas de bajo rendimiento para desviar los recursos a lugares más rentables.